26 noviembre 2007


En mi vida he visto relucir tanto a la luna como esta noche. Es curioso verlo ahora, en medio de una ciudad en la que el cielo nunca está del todo oscuro a la noche, al igual que nunca es del todo azul de día.

Me pregunto qué tal se verá desde allí arriba. Debe ser bonito poder atisbar toda la ciudad, ahora en una calma relativa sólamente rota por las juergas juveniles, las celebraciones y los pasos de aquellos que vuelven a casa. Algunos con aire derrotado; otros, triunfantes ante las espectativas de la noche. Otros, simplemente, andando aprisa, incómodos, intentando dejar atrás el eco de los pies del frío invernal que les pisa los talones.

Sin embargo... de qué sirve ver un paisaje si no se profundiza, si no se puede conocer cada una de sus rendijas...

Pobre Luna, hoy está desabirgada. Se encuentra sola ante un cielo tan enorme que no puede abarcar en toda una noche.... y, mucho menos, tan solitaira. Quizá es por eso que brilla tanto? Será que cuando más brilla es en la soledad? Será que cuando se rodea de tanta nube, ninguna otra estrella se fija en su brillo e intenta acompañarla?

Creo que voy a convertirme en estrella, para hacer compañía a la Luna .

Quizá así descubramos que también podemos brillar en compañía.

Quizá así alguien se guíe por nuestro brillo.





Cosas que le dan por pensar a una de noche estando sola en casa...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me encantan tus pensamientosssss yo me apunto a eso de convertirse en estrella......las estrellas de avila te echan de menosss(en avila se ven mejor q en madrid)ejej.
Un beso wapetona recuerdos a avis. Pasarlo bien.IRE

Anónimo dijo...

Saludos de un Eoliano paisano jejej, otra que sucumbe a la moda de los blogs :P, pero al menos cuentas algo distinto. SaludoS!

Anónimo dijo...

No hay dos brillos iguales, poco sentido tendría. Lo bonito es encontrar de que manera brillas...