16 diciembre 2007

La poetisa


Laia siempre pensó que las noches eran para los poetas, para aquellos que divagaban cazando los pensamientos que vuelan en la noche; pensamientos que sólo salen cuando el sol se esconde; mas nunca pensó que las noches también fuesen para los tiernos enamorados que se abrazan a la respiración del otro, al calor de sus cuerpos en reposo, a la paz de quererse en medio del silencio tranquilizador. Laia nunca imaginó que sería una noctámbula poetisa que fallaría en sus más pesimistas previsiones, llenas de deseos imposibles, logrando fusionarse con el objeto de su arte... su Romeo.

Horas antes, la chica salía de la facultad teniendo en mente la lista de la compra, los deberes que debía adelantar de cara a los exámenes y el menú que procuraría preparar en el mínimo tiempo posible para disfrutar de un quizá no muy merecido descanso en el sofá. Este intento de organizar tanto caos quedó interrumpido por una llamada a su teléfono con un número obligado a esconderse por su amo, como tratándose de algún tipo de juego misterioso. Extrañada, Laia dudó unos segundos mirando su teléfono y, finalmente, cedió ante la curiosidad que siempre despertaban en ella las pequeñas incógnitas del día a día. Una voz sonó con un curioso juego acústico dentro y fuera del altavoz del aparato.
-“Buh”
Esa simple palabra bastó para que el pulso de Laia cambiara tan violentamente que afectara a su respiración e incluso la hiciera marearse levemente. Con los ojos bien abiertos por un deseo casi desesperado y lleno de ilusión, se giró esperando ver lo que llevaba tanto tiempo anhelaba. Una sonrisa que ya conocía, aun sin haberse visto todavía, la esperaba a sus espaldas. Un joven alto de ojos verdes y pelo oscuro, de nariz recta y rostro ilusionado recibieron a la chica. Los dos se fundieron en el que se convertiría el abrazo más esperado y emocionante de sus vidas. La fuerza y precocidad del abrazo apenas les habían permitido verse reflejados en los ojos del otro por lo que hicieron una pausa, mirándose, tocando cada uno de aquellos rasgos para cerciorarse de que, esta vez, no estaban soñando.
Fue más adelante cuando Laia pudo confirmar que estaba enamorada, al oir las declaraciones que su tan ansiado amor le entregaba. Mientras tomaban un café en una cafetería con los interiores en madera, no podían parar de sonreir y reirse a carcajadas sin aparente explicación lógica, sin que hiciesen falta las palabras. En una de esas pausas en las que el joven la miraba, ella, algo avergonzada le preguntó entre risas:
-¿Qué?
- Nada.Te miro
-Jajaja ¡Eso ya lo veo!
-Es que... se me ponen los pelos de punta.
-Jo, ¡A mí no! ¡Reaccionad, no me dejéis mal! – dijo la chica para quitarse los colores.
-Bueno, eso es porque soy más feo – bromeó él, a lo que ella le amenazó con darle un cachete.- No, en serio, sueño muchas veces contigo y... bueno, el sueño nunca acaba; siempre pasa algo y me despierto y nunca consigo acabarlo.
-Te dije que algún día podríamos terminarlo – contestó Laia acompañando la respuesta con una sonrisa perseguida por un tierno beso.

Innumerables fueron las noches que los dos habían pensado en un encuentro y muchas las veces que estuvieron a punto de hacerlo, siendo frenados solamente por unos y otros desafortunados contratiempos.
Es por eso que Laia ya tenía a la noche como a una compañera que le ayudaba a elaborar los versos de su canción desesperada.
Es por eso que ahora, Laia tendría que crear nuevos versos que dijesen al resto de poetas que, a veces, la luz de las velas también sirve para alumbrar a las parejas que en la noche reposan sus pensamientos en el hombro del otro, dejando así de soñar con amores imposibles al ser testigos de la posibilidad de amar y ser amado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

valla, como me gustaría vivir una historia de esas, de las que salen bien, pero bueno ser el poeta bohemio y solitario tampoco está tan mal.

Resil dijo...

Buenas! posteo el primer comentario a tu blog.

Bueno, la historia esta muy bien. Basada en hechos reales? Quien sabe :p. Pero bien inspirada, eso si...

Espero que sea original tuya. Si es asi te felicito.

No hare mi opinion respecto la historia, ya que no creo en el amor. Muchas decepciones en mi vida xD, pero tampoco voy a dejar de sentirlo, por haber nacido con la maldicion de poseer un "alma".

Pero estas cosas a uno le hacen recapacitar, si realmente desea "No Amar"... Hmmm, quien sabe... Algun dia llegara mi San Martín.