A silver lining in the clouds...

Hoy es uno de esos días en los que te apetece pensar... la verdad es que con las fiestas que me doy últimamente cualquiero lo diría!xD Llevo unos cuantos días queriendo escribir algo más o menos profundo, pero no encontraba bien el tema y... la verdad es que ahora mismo tampoco, pero supongo que haré una sesión de metafóricas diapositivas de mis viajes mentales durante estos días, pasando por recuerdos, reflexiones, esperanzas y deseos.
La imagen que he puesto ahí va dedicada a una compañera de múltiples gustos y aficiones recientemente descubierta, (pero largamente observada ;) ) y en parte, también, dedicada a mí misma... Hablando con ella he rememorado algo que llevo rememorando quizá algo más de una semana(perdón por la repetición pero no hay palabra que sustituya a ésta). Se trata de las "celebraciones". La verdad es que son un poco absurdas, todo hay que decirlo, pero en realidad les doy mucha importancia; supongo que me gusta dedicarle un pensamiento a ciertos días que una vez dije inolvidables y que el tiempo dirá si de verdad lo fueron. Digamos que un 14 de enero de hará un par de años fue un cambio en mi vida, el principio de un cambio. No acierto a encontrar palabras para definir esa larga e intensa experiencia, que al fin y al cabo, es lo que acaba siendo. Supongo que al principio fue tan feliz como la de todos los demás, tan viva y emocionante como nunca esperábamos... añoro algunas cosas de aquellos días. Pero llegó uno en que el comienzo de aquel cambio en mi vida, comenzó a cambiar en otro comienzo, que terminó poniendo las bases del final. Muchos pensaron que no lo soportaría, que no lucharía pero se equivocaron. Por más nubes que había a mi alrededor, yo luché y luché por salir de la tormenta, a veces incluso desde su propio centro, pero eso sólo me daba más fuerzas. Ahora me siento orgullosa de mí misma, logré grandes y duraderos éxitos (con muy pocos apoyos, aunque no os guardo rencor ya que la situación señalaba mi derrota) e intenté todo lo posible para que la felicidad no desapareciese de su rostro, pues su sonrisa fue la mía. Así sucedió hasta que, un día, aún exausta por otra batalla ganada, decidí dejar las armas, mas no rendirme. Si antes había nubes, tormenta y yo era una especie de sol; de repente fui consciente de que no había cielo. No había lugar para batallas o treguas, para nubes o sol... Sin embargo, si hubiese seguido existiendo ese cielo, no hubiese cesado de buscar la claridad, porque cuando uno quiere algo, tiene que hacer todo lo que esté en su mano y todo lo que no esté en ella, vivir y morir, respirar y ahogarse, gritar y callar; hasta conseguirlo.
Por todo esto te digo, Luna, que mientras haya cielo, no ceses de intentar iluminar la noche, porque un cielo sin tu luz, solo estará amparado por las pequeñas estrellas que simulan tu belleza ;).